Resiste, Monsi,
resiste
Ortiz Tejeda
Me han dicho que los médicos afirman: hemos hecho todo lo
necesario, todo lo posible”. Estoy seguro de que es cierto y que
ellos, sus asistentes, enfermeras, afanadoras, saben quién eres, qué
significas, y por eso su trabajo ha sido esmerado y sin
limitaciones.
Me preocupa que agreguen: “ahora todo depende de las reacciones de su
organismo. El resultado final está en su capacidad de respuesta”.
Mala apuesta de los científicos, Monsi. Los que somos mayores de 50 (¡!) ya
no podemos confiarnos en imaginarias fortalezas y, además, reconozcamos que
en tu caso tampoco hay antecedente del menor esmero en el fortalecimiento
físico de tu organismo. Desde los orígenes, siempre fueron más importantes para
ti los crucigramas que las patinetas. Las películas de Tin Tan que una cascarita
en la chueca calle de San Simón.
Hay, sin embargo, dos elementos en tu favor: hace ya mucho tiempo que has
rechazado mis rones (fíjate que no dije Cubas) y mis vodkas. No fumas, no
inhalas, no te inyectas. Tu ingesta alimentaria es una vergüenza para todo el
vecindario de la Portales. (¿Dónde quedó la Casa Neri?) Reconocerás que los
resabios evangélicos te hacen bastante morigerado y aburrido.
Pero el argumento más importante es otro: tenemos en México muchas
asignaturas pendientes para que de repente vayas a hacer mutis: impedir que
algunas fechas, como el 2 de octubre, prescriban en la conciencia de los jóvenes
de hoy y de mañana. Que tampoco eso acontezca con los crímenes de Acteal,
Aguas Blancas o Pasta de Conchos. Que Pemex no pase a ser tan mexicano
como el Banco Nacional de… Ferrocarriles Nacionales de… Wal Mart de…
Kimberly Clark de… Que el Estado mexicano sea laico no sólo en la reforma
constitucional, sino en las acciones y el comportamiento cotidiano de los
gobernantes panistas y también de muchos de mi partido. Que las legislaturas
locales, a iniciativa panista (explicable), y con la complicidad (injustificable) de
muchos legisladores, también de mi partido, hayan decidido abordar la máquina
del tiempo y regresar a la Edad Media. De igual manera, tenemos pendiente la
reivindicación merecidísima de algunos grandes mexicanos del pasado siglo:
Demetrio Vallejo y Othón Salazar.
Precisamente por eso te insisto: resiste, Monsi. Ya para el 30 de noviembre
de 2012 no falta nada.
Pero si mis argumentos no te hacen mella, todavía me queda un quinto as,
obviamente irrebatible: ¿imagina lo que puede suceder si te decides a realizar un
fade out? Una esqueliza apabullante, una verdadera avalancha de elegías,
oraciones fúnebres, responsos, artículos de fondo, columnas, comentarios
audiovisuales, testimonios (para ahorita ya tenemos primicias publicadas o
anunciadas), tan sinceros como veraces y contundentes, caerán, como pesada
lápida, sobre ti: ¡A ver! ¿Quién puede desmentir mi dicho, sobre lo que digo
que me dijo Carlos, conversado esa madrugada en las puertas del 62 de San
Simón?
Vas a comenzar a hacer milagros tempranamente: de golpe desaparecerán
tus malquerientes (no los del Estado laico), y realizarás la multiplicación de las
coincidencias y las solidaridades.
Tu amistad ya no será incómoda, conflictiva, comprometedora. Será, al
contrario, una presumible referencia, casi una visa al mundo de la honorabilidad
y las convicciones que tan ignoto les resulta a tus inéditos deudos. Las viudas de
Colosio serán una triste minoría, las tuyas, hasta registro provisional como OP,
podrían conseguir.
Imagino algunas de las declaraciones de las doctoradas plañideras
convertidas de golpe al monsivaisismo: “En la última cena en casa, aceptamos
que nuestras diferencias eran enormes, pero no tanto como el mutuo respeto que
nos dispensábamos”. “En la pasada entrevista que le hice, off the record, por
supuesto, me confesó que…” “Sus lúcidos y muy libres comentarios en mi
programa son prueba del compromiso de la empresa con la libertad de…”
“Reconozco que en privado siempre fui su severo crítico, pero como se lo
expliqué, era para que no supieran que estaba con él”. “Cuándo leí Nuevo
catecismo para indios remisos y recientemente Apocalipstick, me di cuenta qué,
inteligentemente, había aceptado todas mis sugerencias”. “Benito Juárez y Monsi
son pruebas irrefutables de nuestra capilaridad social”. “Nunca fue justo con
nuestro partido, pero en estos tiempos de libérrimas coaliciones, no le
negaríamos una subdelegación en Portales”. “No me responsabilicen, en el
Colegio Nacional, el Seminario y la Academia, no tengo todas la influencia que
dicen”. “En Ecatepec no somos sus fans, pero les juro que allí no lo hemos
excomulgado”. “Yo lo pude descubrir a tiempo: Monsiváis no es un individuo,
es un holding”.
No les des el gusto, Monsi, déjalos que se entripen con las cuartillas que te
quieren asestar, amparados en la impunidad que les garantiza que ya no puedas
ejercer el derecho de réplica. ¡Resiste, Monsi, aunque sea por joder!
¿Cómo va aquello de que hay hombres que luchan un día y son buenos, los
que luchan un año son muy buenos, los que luchan por años son mejores, pero
los que luchan toda la vida son imprescindibles?
En verdad te lo digo (abusando yo también de que estoy temporalmente a
salvo de tus sanguazas y cuchufletas): en este tiempo de vacas flacas que
estamos viviendo, TÚ eres uno de los IMPRESCINDIBLES. (Ya tendré tiempo
de desdecirme en tu convalecencia.) Pero hoy, aunque sea por joder, resiste, Monsi, resiste.